miércoles, 27 de julio de 2011

bobadas...

Me digo como las terceras veces que mi cabeza debería estar ocupada de más cosas, mi hermana me dice que me busque otra inspiración, leo sus escritos sabios y profundos y me descubro como siempre pensando en las bolas las gallo. Sí, mis deseos, los suyos y los nuestros, cuantos colores tiene mi lengua pálida, la tuya que no sabe, la otra que es más babosa de lo que espero. Pienso en mis amantes, todos ellos, los primeros de la historia, los de hace 5 noches y mis declaraciones de antojos varios, Convivo con el enemigo si me lo permiten llamarlo de esta manera, trabajo con el, lo veo en las esquinas, que puedo decir, mi vida se enloquese con la forma de la misma espalda y aún sin quererlo pienso en el matrimonio de mi animal más querido.
Me río de mi como siempre, releo los escritos de un tiempo mejor, repaso las palabras que sobre mi le digo a los monstruos del camino y me maravillo de ver lo mismo en el espejo. Sí, hay días donde todo lo que tengo que decir se cae de mi boca como mi amante y su propio acento.
Mejor hablo pacito como quien no quiere la cosa pero la acaricia bajo las cobijas.
Tengo rabia con mi cuerpo, no nos estamos poniendo de acuerdo y entonces, justo cuando creo que la noche va a estar de mi lado, llega la tormenta.

Le voy a dar un beso aunque le parezca extraño.. después ya tendremos tiempo de hablar, al fin y al cabo, ¿qué haría usted con una mujer como yo?

jueves, 14 de julio de 2011

La felicidad es mi ruta.

La vida es perfecta, uno cura sus dolencias con amor, se llena de alimentos ingeridos por la boca, por las manos, la piel, los oídos.
Mis días y los que veo en otros me hacen sentir tranquila. La felicidad es mi ruta. Me encanta saludar al Señor Ortega y en dos palabras encontrarlo tan radiante. Me contamina de formas diversas.

Justo ahora siento indignación por algunas conductas femeninas. Ojalá todas tuviéramos charlas con el espejo, ojalá todas tuvieran unas hermanas como las mías, una amiga o amigo con buenas ideas sobre la vida como los míos, ojalá todas tuvieran amores propios, así cuando alguien se acerque no se tendrían que cortar el cabello.

La felicidad es un acto de responsabilidad con una misma. Como el amor por otros.

Elecciones

Y mi hermana decía que mi vida era Zen? por favor, su vida tranquila sin más tensión que la de su cuerpo cuando lo toca su amante. ya quisiera yo vivir así.
El romance lo cambia todo, mis romances son otros, distintos a los que me enseña el mundo en el que vivo, mis romances tienen que ver con el café que tomé la noche de ayer, tiene que ver con las charlas sin sentido de la gente que te hace un lugar en su mundo pequeño. Princesa querida, te abrazo desde aquí. No importan los lugares, no son nada, mírate al espejo, te lo digo como la primera vez, más allá de la postura, la idea de ti y el olor. Estás, yo puedo verte y con esperanza confío en que puedas ver lo que yo veo. Mis romances tienen que ver con mis duchas diarias, con mis charlas mientras camino al trabajo y mis pensamientos antes de dormir. Es consuelo de tontos me han dicho. Aún no me convence esa historia. Mis romances son luchas diarias con las ideas del mundo. Veo a mis hermanas y sus nuevas historias, me digo: Mis romances tienen que ver con esa manos en mi espalda esta noche, con mi lengua perpetuando los deseos honestos que guardo dentro. Mis romances son verdades que se gestan dentro, realidades hermosas que como dice María me hacen ser quien soy. Pienso en Felipe y su idea de nueva vida, le sonrío. Mis romances tienen que ver con las canciones que cantábamos juntos, con las charlas con el profe y los días en que sentimos pensar.. El romance lo cambia todo. Quiero romance con unos buenos huesos.

martes, 12 de julio de 2011

Esto no es un invierno.

Hay un montón de palabras enloqueciéndome hace días, la vida cambió, la forma, la rutina, hasta el clima me sorprende.
Vine a vivir a esta ciudad por el impulso propio de hacer cosas, tengo la firme convicción de ser una mujer buena, agradable, valiente. Todos los días me miro al espejo con amor y aprendo nuevas forma de mirarme. reconozco esta sensación, reconozco cuando me siento llena de palabras que no digo, vacía de gente, yo me aferro a lo que es cierto, como mi familia, como el amor de mis pequeñas y la compañera de mi vida, como el cariño de los cortos e impersonales mensajes de mi hermana mayor y la voz preocupada de mi mamá, me acuesto en las noches segura de que el amor está conmigo.
Mis tiempos han cambiado, como mi alimentación, ya no tengo 3 comidas como en casa, el desorden tiene que ver con el sueño, las costumbres del hogar y la pereza de bajar a hacer mercado. Sigo medianamente saludable.
Extraño a mis amigos del otro lado. Quiero pensar con ellos, a veces es más entretenido que sentarme sola a ver cómo hago para apasionarme por algo. (Solo a veces)
Me gusta la complicidad que he adquirido con mi compañero de habitación, más aun cuando soy la única Mujer del hogar. (paréntesis)

Luego de mirarme me digo:
La puerta se mueve con el viento, se cierra de repente y me asusta como sus manos cuando vemos televisión. La casa habla por si sola, susurra historias en las paredes de cada cuarto y las manos de la sucia pared nos hacen creer que las historias son propias, pero no, son de la ciudad, del tiempo y de esas casualidades en las que no creo.
Qué desorden mi cabello, me duelen las plantas de los pies

Ésta Camila de los Monstruos ha cambiado con los días, la piel le cambia después de una hora en la tina (no es sorprendente para nadie). A Camila de la Monstruos la llaman Dolores en horas laborales, claro, por sus múltiples dolencias casi inventadas. La nariz sigue intacta, entró en pánico por el clima pero se recupero satisfactoriamente. La mente se mantiene estable, equilibrada y medianamente consciente de lo que es la vida. Camila de los monstruos sigue atada a sus deseos, concretos, animales, lejos de ser perversos pero visibles en los dedos de la ventana.

Tengo una espalda pendiente, le consiento en secreto mientras hago bromas sobre su rica voz, tengo una espalda vieja, le consiento a gritos mientras me río sarcásticamente, tengo unas espaldas lejos les contemplo en los sueños después de demostrarme mi amor (dije Después).

Tengo una espalda en esta foto

Los antojos se dicen con la lengua. (está claro).