martes, 28 de enero de 2014

No hubo almuerzo.

El punto de encuentro siempre resulta ser el mismo,
me entretengo sin dudarlo con sus ojos fijos y las manos.
Yo habría podido agachar la cabeza y seguir de largo,
pero no hubo forma de esquivar los encantos señor del color de otro.
Me hago preguntas sobre lo que significa su piel conmigo: nada,
esa es la respuesta lógica;
pero es que usted me eriza cada pedazo del  cuerpo,
me invita a escaparme de las responsabilidades,
a mostrarle mi lado purpura y melosearle el instinto.

Usted tiene una cadera viva,
danzante,
y yo
como siempre...
tengo una lengua.

lunes, 20 de enero de 2014

El monstruo de lengua

Le había visto venir alguna vez, con la lengua danzante como en un tiempo que fue nuestro, Él me hacía cocos con las formas particulares de su pelo, su postura, sus ideas sobre la vida y su gato.
Las bestias de aquel entonces se paseaban por el patio de mi casa, mi casa propia, limpia y llena de dibujos. Las mañanas intactas como cuando no hay tantas ganas de despertar.
Le dije al oído que tenía un antojo serio: Quería robarme su espalda y bautizarla con mi lengua sin color. No le hizo tanta gracia como a mi o por lo menos no me lo hizo saber, no hizo otra cosa que pintarme la cabeza con historias fantásticas, yo le fui enredando hilos y los envolví en una bolsita de tela delicada como mis brazos después de las noches de guerra.
Hubo un momento en el que creí que se había ido, la vida me llevó a la tierra de los gatos; mi camino por el jardín botánico me hacía picar la lengua deseante del sabor de su espalda. Suena más importante de lo que realmente fue, suena más real y menos comprometido con mis historias verdaderas.



Su versión de la vida fue cambiando, como la mía tal vez, las preguntas de la ventana fueron resueltas y mis ideas de la carne a pedazos entre mi boca se hizo tangible.

Le pusimos limón y sabado ésta vez.

No pudo más que seguirme el juego, hacer lo que sabe, jugar a seguirme, hacer lo que sabe. Fijé los ojos en su cuello como queriendo atrapar un pedazo de algo, pedazos como los que me guardo de los monstruos a mi paso, me lo llevé en mis uñas, en los dedos de mis manos, en mis piernas, en el tobillo descubierto a mitad de la noche, Le hurté un pedazo de tiempo y resultó.

sábado, 11 de enero de 2014

Piel de monstruo

Empieza con egos disueltos y mal formados, 
le sigue el sonido de voces, 
la música mal hecha y los ojos fijos en la presa.

Recurrir a tiempos pasados donde el ego permaneció intacto y darle un regalo a la lengua.

Ella se desliza por la multitud y viaja. 
Reconoce unos ojos más jóvenes, no se asusta.

Ella se mantiene húmeda, se mueve, gira, se retuerse y vuelve satisfecha.

Ni palabras ni versos encontrados,

 la piel se muestra como es, desprovista de razones


                                                                      Piel de monstruo


sábado, 4 de enero de 2014

llega.

Son las historias las que llegan..

Me entrego al tiempo corto, a las decisiones sobre la vida y la sencilla forma de los huesos.

No me pregunte quién, no se pregunte por qué.

Yo sigo atada al ritmo, al movimiento de las voces que me saludan al pasar, de por vida, voces que se meten por el ombligo.

A mi no me gustan las noches sin nombre, me gusta bautizarlas con la lengua.