miércoles, 2 de abril de 2014

el tiempo

Le pregunto cómo hace para detenerse, y mientras lo hago me siento enferma, siento que mi deseo me supera. Le disfruto con cada poro del cuerpo y me quedo con esta vibración en el cuerpo, con esta sensación de movimiento en mi cadera.

me dibujo sus formas en la memoria, y no se desvanecen cuando cruza la puerta

Respiro, cierro los ojos, respiro de nuevo y me regaño por hacerle pensar por un segundo que no le disfruto. Yo contemplo su cuerpo bendito lleno de historias que no me pertenecen, le unto con la lengua mis historias propias y mis dedos en su espalda le hablan de mi, aunque yo no quiera.

No quiero quedarme sonriendo. no es eso.

Ojalá pudiera robarle más tiempo... (aunque me sentiría igual de enferma).

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