martes, 8 de abril de 2014

despedida.

Probablemente dibuje mis monstruos en la piel, esta vez de forma literal.

Ésta se convierte en una declaración publica sobre las decisiones que estoy aprendiendo a tomar.
Correctas o no, eso no importa.

Voy a despedir a mis monstruos.

Justo hoy leí una portada robada, me hizo pensar en lo real, me vengo confrontando con mis ideas de tiempo atrás y me digo que es posible hacer las cosas diferentes.

Hay un color fijo, un sabor, una sensación, por ahora llega una brisa cargada de temor, de incertidumbre y lo asumo, pero me vengo cobijando de esperanza, es con lo que cuento en días como hoy.


Voy a aprender sobre una tierra nueva.
Voy a sembrar sobre una tierra nueva.
Voy a darle crédito a las palabras debajo de mi piel, esas que sí son de siempre.



miércoles, 2 de abril de 2014

el tiempo

Le pregunto cómo hace para detenerse, y mientras lo hago me siento enferma, siento que mi deseo me supera. Le disfruto con cada poro del cuerpo y me quedo con esta vibración en el cuerpo, con esta sensación de movimiento en mi cadera.

me dibujo sus formas en la memoria, y no se desvanecen cuando cruza la puerta

Respiro, cierro los ojos, respiro de nuevo y me regaño por hacerle pensar por un segundo que no le disfruto. Yo contemplo su cuerpo bendito lleno de historias que no me pertenecen, le unto con la lengua mis historias propias y mis dedos en su espalda le hablan de mi, aunque yo no quiera.

No quiero quedarme sonriendo. no es eso.

Ojalá pudiera robarle más tiempo... (aunque me sentiría igual de enferma).

viernes, 28 de marzo de 2014

La presa se percata del cazador

Una espalda fría y húmeda,  la sensación perfecta de sus huesos de cadera aprisionados por mis piernas largas.
El gesto es el mismo, los ojos entrecerrados como desapareciendo, el movimiento de las manos como quien busca las medias bajo las cobijas y su boca, sobre todo su boca, roja y tibia.. Deliciosamente tibia.

Le creo, le disfruto, me aprovecho del tiempo, le robo un pedazo de vida y lo traigo a mi boca con la lengua, lo mastico, me alimento.

Hay una línea delgada que recorro como equilibrista, hago fuerza con mis piernas sobre la cuerda, su cuerpo responde y me sostiene, me habla, lo miro, vuelvo a creerle y disfruto su forma particular de tenerme.

Me tiene....
en versiones diferentes del mismo monstruo.


martes, 25 de marzo de 2014

no me dí la vuelta


Le había visto llegar, pero no me dí la vuelta, 
hice como si no supiera nada, como si no sintiera nada, como si estuviera ciega de razones.
Esperé su olor de cerca y sentí,
le sentí;
seguía intacto, tenía pegado a la piel algunas  historias e inmediatamente pensé que podría lavarle el cuerpo con agua de mi propio deseo, al fin y al cabo siempre ha sido mío, 
antes de verle, antes de besarle la muñeca de la mano izquierda, 
antes de dedicarle un tiempo en mis noches de color oscuro. 

Cuando estuvo lo suficientemente cerca me di la vuelta
y cuando ya no tuviera ninguna posibilidad de correr, le atravesé los dientes en el hombro y vi como su carne se caía a  pedazos sobre mis pies desnudos, 
me devolvió una mirada de aprobación y yo continué usando mis labios,
fui dibujando las texturas de su piel con los fluidos combinados que recuperé de nuestro primer encuentro.

Me había permitido  morder su hueso de cadera,
pero eso fue después,
pero eso fue mejor... 
Yo dialogué con las figuras dibujadas por mi lengua y le escribí palabras claras debajo de la primera capa de la piel.

El Monstruo se hizo monstruo,
jugó con mi pelo,
me habló de un viaje, de dos, de un tango también...

En ese momento recordé la niña de los pájaros en la parte de adelante del vehículo que transporta su alimento, la niña silenciosa, inmersa en los pensamientos propios,
recorriendo las escaleras que no conducen a ninguna parte. 

Yo volví al tango, y con todo lo que me hace  monstruo me lancé sobre su boca definida,
le recordé lo que ya sabía y le conté el final de la historia. 

Remembranzas de un balcón, de nuevo un parque, un cabello crespo y ahora un desconocido. 
Delirios que quedan en la piel muerta, delirios que viven en la piel florecida de palabras constantes.


Las heridas del hombro sanaron por completo, pero aún me duelen los dientes por el pedazo que cayó sobre mis pies. 




viernes, 21 de marzo de 2014

De lejos y callada.

Cuando le miro, me hago un dibujo claro de la forma en la que las cosas deben ser, sin lugar a dudas pienso en su hermano y las confesiones pasadas y aún cuando creo que todo cabe en el marco que dibujo...  me encuentro con esto.


Lo reconoce? (es un robo) Es fresco como el día, como su cara en los múltiples paisajes

Le hago parte de la tierra de los monstruos porque todo su nombre implica un deseo. 

La distancia me permite poner palabras en las hojas del tiempo que no es de nadie y crear de a poco una historia compartida que se queda quieta por las lineas iniciales de éste texto.

Usted me acompaña en mis noches. 
Nunca le pregunté ni pedí permiso, no le preguntaré ahora.. 


Monstruo conmigo, está dicho, mis antojos de hoy me permiten compartirlo.




martes, 18 de marzo de 2014

Domingos

No se en qué punto pasé a ser la amiga confidente.

Me hace pensar que la vida sigue, se modifica y cambia.

No se en qué punto me vi envuelta en esta sabana cómoda de mi soledad, pero untada de monstruos pasados.

Amorosos monstruos atentos a los cambios del clima. Preocupados por mi bienestar y mis pocas historias a la vista.

Le escucho los domingos, le veo de nuevo y reconozco sus miradas, sus formas particulares de comunicar sus miedos, sus posturas, sus formas de verse y sin lugar a dudas de verme.

Te miro de vuelta y siento una necesidad mentirosa de poner mi boca en tu espalda.

Deseo, ego, amor compasivo.

-Ya no importa nada- dijo.
y yo le creo.

Pendiente

Le había buscado durante una época dispersa, en movimiento. 
Le había mostrado en silencio mis intensiones, lo había mirado con deseo y fue evidente.

Pero no fue suficiente.

Los días pasaron, nos vimos en una situación particular y coincidimos en el deseo, pero no dejó marcas.

No pasó nada más allá de lo que pasa cuando el mismo deseo se encuentra sobre una cama vieja y me pareció curioso que aun sin saberlo se negara a pertenecer a esta tierra, y sin lugar a dudas me hizo el proceso más fácil, me hizo descubrir estilos ocultos de elección, formas diversas de aproximarme que resultaron no ser tan diversas.

Al final es solo un fragmento del tiempo. 

Las cosas son útiles en  el tiempo. Las personas también.

domingo, 9 de marzo de 2014

Un brazo .

A mi me dicen que no despierte a los muertos, que no le haga fieroz a los monstruos del pasado porque puede ser perjudicial.
En una mañana como hoy me digo, cómo no hacerle cocos a mi brazo, mi monstruo de mar, mi lengua perfecta, mi pelo crespo, mis dedos descalzos, mi color púrpura...

Hablamos de tiempo compartido...

Había una vez un brazo, lo nombramos muerto por su perfecta inmovilidad en horas de la noche, lo nombramos sabio  por su forma de leer el cuerpo extendido y responder a las necesidades implícitas de la piel extendida sobre él, lo nombramos mío por hacer parte de lugares propios, de sensaciones que no están desligadas del lenguaje,por hacer parte de las historias que se cuentan con la boca (literal).


El brazo me habla bajito, me hace preguntas que conozco bien, responde coherentemente las mías y me hace ser lo que olvido por momentos.
El brazo no me envuelve, solo mantiene mi ritmo con un efecto de réplica.



jueves, 20 de febrero de 2014

El postre del almuerzo

No es fin de semana, es jueves, jueves de múltiples tareas, de temores vencidos y heridas corrientes.


Tengo dudas sobre sus ojos cerrados, pero los disfruto, le siento el pulso, se acelera el mío.





Los bordes de su camisa de doblan como mis piernas al contacto con su piel sana, suave, disponible a mis dedos
dedos que bailan en el silencio de las  cosas que no se dicen.


Yo sonrío,
es una costumbre de otros tiempos, sonrío con los dibujos que traza con  su cadera definida.

Me hace preguntas sobre mi risa, me recuerda a un monstruo que me tendió una trampa creyendo también en esa misma risa.

Me descubro colgada a su espalda con mis medias bien puestas  (es una imagen bella)

Me hago consciente  de los movimientos de sus manos en mi cuerpo, hago que tenga ganas de volver, le enseño a mi lengua la ruta que conduce a la contracción y curvatura de su espalda...



 al sonido del postre.


lunes, 17 de febrero de 2014

Ya lo sabe usted

Uno siente que pierde el tiempo por momentos, le da tiempo a la cabeza de contarse historias, de reproducirlas de cerca como películas viejas.
Días claros como el cuello del amente que no es amante, sin tensión, sin formas particulares de reconocerse a uno mismo.
He venido encontrando monstruos en movimiento que se deshacen con el tiempo, en mi tiempo muerto, en la ausencia de la sensación y el duelo del cuerpo.
Hice el reclamo,
lo dije como un secreto arrojado al viento de mis noches sin nombre y resultó.

La respuesta se hizo clara y tangible,
me encontré redescubriendo la textura de la piel en la yema de mis dedos y como ya es de esperarse, en la punta de la lengua.

Las ventanas se abrieron como una boca de lobo parcialmente inexistente,
de gorila inevitablemente inexistente,
la lengua espesa se acercó como danzando,
me tomó por sorpresa,
me enrolló como una serpiente entre sus sabores confusos, me quedé inmóvil por un momento, me pareció insensato hacer ruido, gestos o movimientos indeseables en un momento como ese.
No hubo otra acción que la que se forma en las ondas del ombligo después de un mordisco de cadera.

Pero eso ya lo sabe usted.

martes, 28 de enero de 2014

No hubo almuerzo.

El punto de encuentro siempre resulta ser el mismo,
me entretengo sin dudarlo con sus ojos fijos y las manos.
Yo habría podido agachar la cabeza y seguir de largo,
pero no hubo forma de esquivar los encantos señor del color de otro.
Me hago preguntas sobre lo que significa su piel conmigo: nada,
esa es la respuesta lógica;
pero es que usted me eriza cada pedazo del  cuerpo,
me invita a escaparme de las responsabilidades,
a mostrarle mi lado purpura y melosearle el instinto.

Usted tiene una cadera viva,
danzante,
y yo
como siempre...
tengo una lengua.

lunes, 20 de enero de 2014

El monstruo de lengua

Le había visto venir alguna vez, con la lengua danzante como en un tiempo que fue nuestro, Él me hacía cocos con las formas particulares de su pelo, su postura, sus ideas sobre la vida y su gato.
Las bestias de aquel entonces se paseaban por el patio de mi casa, mi casa propia, limpia y llena de dibujos. Las mañanas intactas como cuando no hay tantas ganas de despertar.
Le dije al oído que tenía un antojo serio: Quería robarme su espalda y bautizarla con mi lengua sin color. No le hizo tanta gracia como a mi o por lo menos no me lo hizo saber, no hizo otra cosa que pintarme la cabeza con historias fantásticas, yo le fui enredando hilos y los envolví en una bolsita de tela delicada como mis brazos después de las noches de guerra.
Hubo un momento en el que creí que se había ido, la vida me llevó a la tierra de los gatos; mi camino por el jardín botánico me hacía picar la lengua deseante del sabor de su espalda. Suena más importante de lo que realmente fue, suena más real y menos comprometido con mis historias verdaderas.



Su versión de la vida fue cambiando, como la mía tal vez, las preguntas de la ventana fueron resueltas y mis ideas de la carne a pedazos entre mi boca se hizo tangible.

Le pusimos limón y sabado ésta vez.

No pudo más que seguirme el juego, hacer lo que sabe, jugar a seguirme, hacer lo que sabe. Fijé los ojos en su cuello como queriendo atrapar un pedazo de algo, pedazos como los que me guardo de los monstruos a mi paso, me lo llevé en mis uñas, en los dedos de mis manos, en mis piernas, en el tobillo descubierto a mitad de la noche, Le hurté un pedazo de tiempo y resultó.

sábado, 11 de enero de 2014

Piel de monstruo

Empieza con egos disueltos y mal formados, 
le sigue el sonido de voces, 
la música mal hecha y los ojos fijos en la presa.

Recurrir a tiempos pasados donde el ego permaneció intacto y darle un regalo a la lengua.

Ella se desliza por la multitud y viaja. 
Reconoce unos ojos más jóvenes, no se asusta.

Ella se mantiene húmeda, se mueve, gira, se retuerse y vuelve satisfecha.

Ni palabras ni versos encontrados,

 la piel se muestra como es, desprovista de razones


                                                                      Piel de monstruo


sábado, 4 de enero de 2014

llega.

Son las historias las que llegan..

Me entrego al tiempo corto, a las decisiones sobre la vida y la sencilla forma de los huesos.

No me pregunte quién, no se pregunte por qué.

Yo sigo atada al ritmo, al movimiento de las voces que me saludan al pasar, de por vida, voces que se meten por el ombligo.

A mi no me gustan las noches sin nombre, me gusta bautizarlas con la lengua.