sábado, 12 de marzo de 2011

Historias a la compañera de mi vida. 1

Compañera, La lengua se comporta, se mantiene en su lugar por ahora.

He recibido noticias que me ponen inmensamente feliz, hoy más que nunca creo que la vida es perfecta y nos pone justo ahí, donde todo es posible.

Tuve un incidente con los calzones, la cuestión de libertad, fue más que eso: El viento de puerto madero, la falda arriba por acción del viento y mis piernas tratando de cubrir mi indecencia.

Me gusta el turismo de estos días y también las mañanas de pereza.

Anoche tuve otra experiencia, pero los calzones no tuvieron nada que ver.
Hombres como lobos, con cara de simios y fuerza de leones, hombres desprovistos de la protección sagrada de la vida feliz, hombres atentos a los días grises de otros, pero sobre todo pensé en ti compañera. En el amor que nos marca cuando mi nariz no sirve, cuando tus manos están cansadas y tus ojos llorosos.
Pensé que con cada día se aprende, de cada loco y loca de la casa, de los pocillos rotos y la mala bebida.

No es solo placer lo que viene con el cambio de locación, sino aprendizajes. cada día a cada segundo, mientras los bailarines se momifican en la pista y yo observo cómo mi edad me cuenta en secreto los detalles de la vida.

Me gusta crecer, ver la vida desde lejos de vez en cuando. Me gusta la brisa de mi balcón, los abrazos y el fabuloso muss de chocolate que me deleita el estomago. Me gusta saberte feliz y tranquila, llena de vida nueva.

Estoy contigo compañera de mi vida y cada segundo pienso en ti y te acompaño desde aquí. Siente mi amor contigo que ya tendremos tiempo de ir a caminar por esta hermosa ciudad.






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