miércoles, 22 de junio de 2011

Mi espejo seguirá intacto.


No recibo respuesta de mis escritos, el patrón es el silencio, con miradas inocentes se incluyen en lo que yo llamo un discurso propio, casi inerte, casi sin sentido, no me hablan de mi, ni me saludan con besos en la boca los días tristes, me besan los impulsos.
Un monstruo liquido me teje palabras como sacos para el invierno, me habla con sabidurías que no comparto por ignorante y me quedo pensando en las formas que usamos para ser lo que somos. Me hace pensar en los antojos de cualquiera y mis ganas de invitarlo a dormir conmigo cuando esta feminidad me lo permita.
Monstruos de sofá que alimentan mi ego para terminarlo luego junto con mis deseos acumulados. La sutileza termina cuando recuerdo las excusas de mi animal de turno, el pechito, Ecopetrol decía, la pierna y la novia, las historias resultan ser las mismas después de todo, nos inventamos la misma respuesta y hacemos de las primeras veces la principal excusa, la noche me devuelve la fé y la espalda obtiene las consecuencias de seducir adolescentes. Yo tengo vivos recuerdos del monstruo de lengua, recuerdos que perpetúan mis instintos, le pregunto por el gato y pienso que probablemente no vuelva a verlo, me imagino mi lengua en los ojos y me quedo con lo no dicho, no hecho, no sentido (sin nostalgia alguna).

Silencio es lo que obtengo, me queda algo pendiente.

El gato no crecerá horizontalmente, el deseo nunca dejará de usar el objeto y mi espejo seguirá intacto.

1 comentario:

  1. Como desear un deseo sin ser pertinente e irreverente, como esperar por respuestas si de estas esta tan vacío hasta el mismísimo cielo, como decirte las palabras que quieres escuchar si no oigo a veces ni mi propia voz, como esperar, ganar, conocer, reventar y morir para volver a empezar, seguirte de cerca para verte de lejos, aunque sean palabras cortas para expresar tal cariño que solo tu y yo conocemos...

    ResponderEliminar

Gracias por darle un beso a mi ventana...