La noche llegó con la ropa de otro y aun así, la amiga embriagada hizo la labor de bruja y me contó como se cantan las historias de ese lugar y de otros.
Yo le conté a la ventana lo que había escuchado y luego terminé comprando una rifa y explicándome lo que la ventana no comprendió y yo tampoco.
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Gracias por darle un beso a mi ventana...