domingo, 13 de septiembre de 2009

Si hay que hablar de la lengua hablo de la suya.



Creía en los días de aventura y emoción, le causaba curiosidad la reacción de las mujeres ante su lengua, y la ponía frente a mi como en un concurso de perros paseadores.
Cuando vi su lengua por primera vez, las imágenes no cabían en mi cerebro (y vuelvo a la idea de traducir los pensamientos en imágenes) esa lengua tenia buena forma... el ejercicio consistía en moverla mientras saboreaba los dulces que yo le regalaba para conquistar su rutina.

La lengua de este hombre debe saber a algo que no he probado, que no conozco, no distingo...

No la usa para hablar, besar u otros fines.. esa lengua me hace pensar en los colores que no tiene.
Esa lengua pegajosa y deseable...
esa lengua herida de tiempos modernos.

1 comentario:

  1. Una lengua moderna, je, una lengua incomoda y torpe, una lengua más larga de lo que se quisiera. Esa es mi lengua

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Gracias por darle un beso a mi ventana...