El tiempo no es un problema, es una estrategia mal empleada.
Le guardo un lugar a mis compañeros de tiempo, todos monstruos, todos visiblemente hermosos, todos hombres por la historia amarga del encantamiento femenino, todos deseables, todos tiernos, todos en silencio esperando la noche. NO basta el tiempo para ocupar la lengua, a veces por obra del tiempo se enrolla sobre una sola espalda y no le cuesta, no le cuesta saborearte el cuerpo... y lo del alimento se hace literal. Lengua enamorada del tiempo que se mueve, lengua que le duele el tiempo quieto. El final del texto tiene que ver con el antiguo monstruo de la terraza del pecado, de espalda húmeda de mi saliva y besos en la frente (sin contradicciones). Un día me dije que podría abrir la boca después de esto, resultaré cerrándola con el estomago lleno?
Busco certezas, aunque sea casi imposible hallarlas, me pregunto repetidamente por las fotos de bolsillo y el poder del amor en acción del pasado y el presente. (es otra historia pero flota en mi cabeza).
Soy maestro de las malas estrategias
ResponderEliminarsoy compañero de noches incontables
pero no soy fiel a las certezas
son muchas y todas demasiado bellas a la vista pero tan encantadoras como para no enamorarte... con o sin reglas....