sábado, 7 de noviembre de 2009

Le quito un pedazo de privacidad a su inexistencia.


Me dio el afán de la escritura. El pensamiento se pone tenso como los cauchitos del cabello de la pequeña. No hay concentración y el informe final se estanca como mi zapato en los días de lluvia.

El sueño mal dormido y el deseo de siempre.

Le pregunto si aún puedo conservar la esperanza de un regalo, sin tiempo, sin los ojos que vigilen la acción del joven con nombre de parque.
Y entre lineas hago que se sienta perseguido como lo hacen mis ojos en mi lugar de formación, mis intenciones oscuras terminaron justo cuando las publiqué con el roce de mi lengua en su boca y les puse nombre bautizándolas con alcohol. Mis intenciones son disfrutar de su risa fingida para mi y su interminable grito.

Tengo una forma particular de alejarlo de mi, pero no es un error es aire en sus manos que moldea a su antojo. ¿ha leído bien?, aire moldeado (aquí debería haber una imagen, pero no es mi responsabilidad, es la suya).


1 comentario:

  1. hay siempre un quien en tus escritos, un quien que no hace lo que tu quieres, ¿ eres tu?

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Gracias por darle un beso a mi ventana...