martes, 9 de marzo de 2010

Ahora


Las
manos en los oídos para no escuchar sonidos que no reconozco, no distingo, no creo, con las manos en los ojos para evitar la luz de su ventana y las manos en la boca para que no se salgan los gritos desesperados entre los dedos heredados.

Con la lengua amarrada, los pies casi pegados en el suelo y dolor de cintura por el mal dormir.

La sonrisa que no se reconoce por la incomodidad de la lengua amarrada.

(cambio de tono)

La extrañeza de extrañar al extraño (casi como el mensaje de la cerda pero más común)

La posición mágica para capturar la voz y recibir los besos del amante fiel al amor, no al amor fiel.

Irreal como el tiempo de la tarde mientras llega la hora de perderme en el paraíso de los cuentos y contribuir al fabuloso malestar de la cabeza.

Como el sonido de la sinfónica en la parte baja de la cabeza, y el ser y mi existencia bajo una almohada.

2 comentarios:

  1. Me acostumbro a la nueva piel que traigo puesta, no es cualquiera, es la de un animal nocturno que espera escondido entre el pasto por donde ella paso alguna vez. afilo las garras con un arbol para probar que estan listas, estiro los brazos para que no me congele ante el frio de la noche. no hay un alma caminando en la llanura. cada vez que la veo pasar, moldea mi forma. desde el comienzo sabia que pasaria pero aun asi me ti la pata, la garra, el ala, las aletas y demas. cada noche la espero sentado, a la luz de la luna o a la inclemencia de la lluvia pero la espero. yo se que no me ve, ni le importa si la veo caminar, pero sabe que soy yo quien la espera. no quiero ir mas alla, ni saber que hay detras del muro que con cuidado se ha pintado, solo me basta con saber que sonrie para mi cuando calladamente le susurro y no le interesa entenderme. esperemos que mañana cuando me cambie la piel tenga este mismo color, simplemente porque me gusta, sin importar que solo me pueda ver en la noche...

    ResponderEliminar
  2. Miro nuevamente por la ventana, espero algo, aunque sea una brisa que me haga recordar donde estoy. Hoy no hay rumbo fijo, hoy no hay adonde ir, hoy no hay nada que pueda hacerme ver lo calida de la noche y mi sudor que recorre la frente. pienso y eso es mucho, dejo todo lo que quiero a un lado y me concentro, reviso letra a letra y cuento hasta cinco para no perder de vista la ventana. Tengo una pena que recorre mi espina dorsal, trato de explicarle a la luz tenue de la ventana el porque hoy estoy aqui, y si tuviera una respuesta a la forma tan sutil de escaparme de la situacion. no niego que me gusta sentir el dulce dolor en la boca del estomago por las desiciones y como manejo de mal las conversaciones cuando no estoy. Acostumbro no mentir pero me encanta cuando me mienten, es casi una obligacion entender la razon basica la mentira y me gusta mas descubrir que es porque busca una razon que no tiene sentido y que le gusta pertenecer a lo que nunca se ha tenido. Me quedo con las flores en las manos y esta vez miro desde abajo hacia la ventana y descubro la sombra que deje plantada por seguir al conejo de la luna...

    ResponderEliminar

Gracias por darle un beso a mi ventana...