viernes, 12 de marzo de 2010

arte y cerebro (casi lo mismo)

El tiempo más veloz que los aviones, las palabras del animal que no se decide y mi vida tras el vidrio de mi mente. Reggae, la caminata y mi tensión baja; mis celos endemoniados como queriendo poseerlo de una buena vez, mis antojos evidentes hasta para el hippie ebrio y mi noche esperando la mañana siguiente. Extraordinario el hombre que me abrazaba y temblaba de frío, que me hace pensar en las palabras que digo y dibuja sus pensamientos en mi piel, hoy vive con una extraordinaria mujer y me encanta eso. Extraordinario el hombre que me habla de la teoría del sonido y esas cosas, porque me hace pensar en que otro está sobre mi. Extraordinario el que me enamora con palabras y no toco y no me toca o no lo se, las enamora a todas y me sonrío de rabia. Grito como cuando era pequeña me ahogo en la música y la risa de mi compañera de esta noche. No quiero leerte joven, no quiero saber de otra cosa más que de mi, mi ego y su piel provocando mi lengua. la ventana de siempre y el coyote que me espera con su sonrisa tranquila, a veces no tan justa, a veces casi perversa, no te beso ni te miro, te siento, y eso como la fidelidad de la amiga cercana me provoca menos que la piel de mi amante lejano pero me hace bien, mucho bien. Recuerdo el texto de hace tiempo a cerca de los maletines de los antropólogos y los peces que bailaban para ambos, los libros de memoria y el cuerpo húmedo de abrazarnos en el frío. Recuerdo justo el momento de las flores frente a mi y el deseo por la mujer experimentada y enferma, recuerdo la piel de mi idea de cuerpo perfecto, su voz esta tarde y mi deseo voraz y perpetuo de quitarle el anillo de su dedo y marcarle la piel con mis dientes. Tengo el pie abierto, pocos de deseos de dormir, menos de madrugar. tengo ganas de que mi hombre mono cumpla sus palabras y me espiche con su cuerpo pequeño. Ganas de viaje a otro país donde me espere una casita rota y me hagan café en las mañanas, me hagas cosquillas con besos tiernos y me devuelvan la piel que me quito cada noche por la alergia a esto que no encuentro.
PROBABLEMENTE NO BAJO SU ALMOHADA, NO ESTA NOCHE, PROBABLEMENTE PEGADA A SU OÍDO SUSURRÁNDOLE MIS MÁS BAJOS DESEOS Y MI FORMA PARTICULAR Y CÍNICA DE COMERME SU VIDA. No te va a gustar ese escrito. ya lo se.

1 comentario:

Gracias por darle un beso a mi ventana...