martes, 23 de marzo de 2010

extranjero del lugar.


Ya familiarizada con las despedidas, acabo de recordar que su primer parlamento estuvo ligado al silencio de los hombres, el último igual.

Le respondo como lo hice en el día primero... disfruto de los hombres que guardan silencio y me provocan con el..

Y no necesité excusa para quererlo

como usted la necesitó para hablarme,

no la necesitó usted para cerrar su ventana,

la necesito yo para dejar de quererlo.


tan encantador que parece verdad.... (sin conjugar el verbo porque me da tristeza)

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Gracias por darle un beso a mi ventana...